AQUEL MALDITO 23 DE ABRIL
Centre: CASAL POPULAR TRES VOLTES REBEL - Barcelona
Autor/s: EL VICI SOLITARI (Mª Rosa Pita Nebot)
Aquel 23 de abril, Sant Jordi naufragaba en un mar de dudas. Blancanieves, siempre aventurera y harta de la monotonía, había hecho pública su relación con la bruja de Hansel y Gretel. Dicha hechicera, en una exclusiva a una famosa revista del corazón, se declaraba vegetariana y a favor del libre albedrío de los personajes de los cuentos de hadas.
La rebelión se inició de inmediato: princesas divorciadas, lobos vegetarianos, príncipes acosados, madrastras que abrían su propia consulta de Tarot, hormigas que se declaraban en huelga y cigarras trabajadoras, bellas durmientes insomnes, gatos sin botas... ¡Aquello era un caos!.
El colmo de su desdicha fue cuando se enteró que su dragón aceptaba la propuesta de matrimonio del Monstruo del Lago Ness y se disponía a marchar de inmediato a Escocia. ¡Que iba a ser de él entonces!.
Sin princesa ni dragón, su única opción era buscar un trabajo que le permitiera ganarse la vida en aquel mundo de locos. Una idea le vino a la mente como un rayo: tal vez hubiese algún puesto vacante en una parada de rosas. Y sin dudarlo, con su brillante armadura, se echo a andar Paseo de Gracia abajo.
Tenemos el gusto de presentarles nuestro relato participante en el concurso Rosa Sant Jordi, de rosessantjordi.com. Vótanos !
AQUEL MALDITO 23 DE ABRIL
Aquel 23 de abril, Sant Jordi naufragaba en un mar de dudas. Blancanieves, siempre aventurera y harta de la monotonía, había hecho pública su relación con la bruja de Hansel y Gretel. Dicha hechicera, en una exclusiva a una famosa revista del corazón, se declaraba vegetariana y a favor del libre albedrío de los personajes de los cuentos de hadas.
La rebelión se inició de inmediato: princesas divorciadas, lobos vegetarianos, príncipes acosados, madrastras que abrían su propia consulta de Tarot, hormigas que se declaraban en huelga y cigarras trabajadoras, bellas durmientes insomnes, gatos sin botas... ¡Aquello era un caos!.
El colmo de su desdicha fue cuando se enteró que su dragón aceptaba la propuesta de matrimonio del Monstruo del Lago Ness y se disponía a marchar de inmediato a Escocia. ¡Que iba a ser de él entonces!.
Sin princesa ni dragón, su única opción era buscar un trabajo que le permitiera ganarse la vida en aquel mundo de locos. Una idea le vino a la mente como un rayo: tal vez hubiese algún puesto vacante en una parada de rosas. Y sin dudarlo, con su brillante armadura, se echo a andar Paseo de Gracia abajo.
Vota por este relato en el Concurso Rosas por Sant Jordi
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