Relato de Sant Jordi: Diario de un amante

Diario de un amante

Son las 5 a.m suena el despertador y antes de poner los pies en el suelo tengo a mis gatos rondando y saltando para pedir su desayuno. Me levanto con sueño, pero me pongo las pilas para cepillarme los dientes, vestirme, preparar el café y como no, poner el desayuno a Lucius, Ares y Samy. Hoy es Sant Jordi y tengo que darme prisa en ir a ver a mis callejeritos antes de que empiecen a montar los puestos de rosas y libros y la afluencia de gente no me deje disfrutar de ellos en la soledad que te da la calle a primera hora. Esta tarea se repite los 365 días del año, 2 veces al día, llueva truene o haga frío porque los gatos callejeros son los grandes olvidados de esta sociedad.
7 a.m recorro la calle cargada con pienso y con las latas que tanto les gustan. A medida que camino van saliendo a recibirme, Penny, Tigreton, Rayito, Chester, Willy, Tom, Nala, kali se frotan y zigzaguean entre mis piernas contentos de verme y esperando su ración de la mañana.
8 a.m marcho hacia el trabajo y me despido hasta la noche de mis gatos y a medida que sale el sol están montando los puestos para este día de rosas y libros en los que no sé si recibiré rosa alguna porque mis amantes los gatos de rosas y espinas no entienden.
Hasta la noche.