Relato de Sant Jordi: Josette

Josette

En 1936, el corazón de España se partió en dos.
Cuando estalló la guerra civil , me fui a Guernica. Josette se había mudado recientemente allí, con sus hermanos y hermanas pequeños a los que tenía que cuidar en ausencia de sus padres, que también se habían ido a la guerra. Llegué el día de la Sant Jordi, ¿eso me traería suerte?
Pude ver a Josette de nuevo, sentirla, mirarla, tomarla en mis brazos, besarla... ¡Estaba tan feliz! Vivía en una casa muy pequeña donde vivían siete personas. La guerra fue cruel con ellos, porque vivían en una hermosa casa grande cerca de la mía, pero en la urgencia , tuvieron que volver a su ciudad natal.
Pero siguió otra desgracia. Tres días después de mi llegada fue el bombardeo, el 26 de abril de 1937 el último día en que vi a Josette con vida. Una bomba cayó a pocos metros de la casa, ella estaba fuera con su cigarrillo. Siempre recordaré su sonrisa, sus manos temblorosas, su pelo despeinado, su mirada cansada.
Me hubiera gustado pasar más tiempo con ella, tener hijos, una pequeña casa en el campo, una vida sencilla, una vida llena de amor.
Unos días más tarde, no lejos de Guernica, puse rosas rojas en su tumba, prometiendo que cuidaría a sus hermanos y hermanas, y prometiendo luchar por ella, por nuestros derechos, y mostrar a todos nuestro amor por los demás, hasta el fin del mundo.